El rol de los inmuebles en los modelos de retail
Los modelos de comercio minorista pueden clasificarse en los siguientes tipos: tradicional, comercio electrónico, omnicanal, directo al consumidor y tiendas pop-up. El sector inmobiliario desempeña un papel fundamental en estos modelos, ya que influye en la forma en que operan las empresas, los tipos de espacios que necesitan y el nivel de flexibilidad requerido.
Tiendas físicas: Los comercios minoristas tradicionales dependen de ubicaciones físicas para exponer y vender sus productos. Los inmuebles son cruciales en este modelo, ya que la elección de la ubicación, el tamaño de la tienda y la distribución influyen directamente en el tráfico peatonal, la visibilidad y la experiencia general del cliente. Por lo general, los minoristas alquilan o poseen espacios en zonas muy transitadas, como centros comerciales, calles principales o galerías comerciales. Los propietarios y gestores inmobiliarios deben mantener y actualizar estos espacios para atraer y retener a los inquilinos.
Comercio electrónico: Las empresas minoristas online no dependen de los escaparates físicos para interactuar con los clientes. Sin embargo, el sector inmobiliario sigue desempeñando un papel importante en forma de almacenes y centros de distribución. A medida que crece el comercio electrónico, aumenta la demanda de espacios industriales estratégicamente ubicados para facilitar la tramitación rápida y eficaz de los pedidos. Además, algunas empresas de comercio electrónico crean salas de exposición o "centros de experiencia" para que los clientes puedan probar los productos antes de comprarlos en línea, lo que crea la necesidad de espacios comerciales más pequeños.
Comercio omnicanal: Los minoristas omnicanal combinan lo mejor del comercio físico y del comercio electrónico para ofrecer una experiencia de compra fluida a través de múltiples canales. En este modelo, las tiendas físicas sirven como salas de exposición, puntos de recogida de pedidos en línea y lugares de atención al cliente en persona. El sector inmobiliario sigue siendo esencial para estas empresas, ya que la ubicación y el diseño de sus tiendas pueden influir significativamente en la captación de clientes y en las ventas.
Directo al consumidor (D2C): Las marcas D2C venden productos directamente a los clientes, sin pasar por los minoristas tradicionales. Muchas marcas D2C operan principalmente en Internet, pero algunas también tienen tiendas físicas. Las consideraciones inmobiliarias para las marcas D2C son similares a las de los minoristas tradicionales, centrándose en la ubicación y el diseño de la tienda, así como en el espacio del almacén y el centro de distribución para la gestión del inventario y el cumplimiento de los pedidos.
Tiendas pop-up: Las tiendas pop-up son espacios comerciales temporales que permiten a las marcas probar nuevos mercados, generar expectación o vender productos de edición limitada. El sector inmobiliario es crucial en este modelo, ya que el éxito de una tienda pop-up depende de que se garantice una ubicación privilegiada durante un breve periodo. Las tiendas pop-up también ofrecen a los propietarios y gestores inmobiliarios la oportunidad de ocupar espacios vacíos y generar ingresos entre inquilinos a largo plazo.