Nos olvidamos de lo que logró Perú en los últimos 30 años
Hace treinta años, Perú era un país desordenado, caótico y golpeado por crisis tras crisis. Los apagones eran parte del paisaje nocturno, el dólar parecía una montaña rusa (pero sólo de subida), y el futuro se veía tan oscuro como las noches sin luz. Pero algo cambió, y el país inició una transformación que pocos creyeron posible.
En los años 90, el Perú decidió –o quizá lo empujaron a decidir– entrar al quirófano para una cirugía mayor. Las reformas económicas de esa década fueron drásticas: privatización de empresas públicas, apertura al comercio exterior, flotación libre de la moneda, y un ajuste fiscal que no dejaba espacio para caprichos. Fue un golpe duro, pero necesario. El resultado: se acabó la hiperinflación, llegó la inversión extranjera y se sentaron las bases para un inesperado crecimiento.
Y vaya que nos fue bien. Durante los años 2000 y 2010, Perú creció a tasas que daban envidia. Chile, con su economía ordenada desde mucho antes, nos miraba de reojo; Colombia intentaba seguirnos el ritmo; y mientras Argentina y Venezuela se hundían en crisis autoinfligidas, Perú se consolidaba como un modelo de estabilidad y crecimiento.
¿Qué hicimos bien? Supimos mantener las reglas claras. Los gobiernos, con sus altibajos, respetaron las bases de un modelo que premiaba el esfuerzo y castigaba los desvaríos. Las exportaciones –gracias a nuestros minerales– fueron la locomotora, pero también crecimos en otros sectores como el agroexportador y el turismo.
¿Y qué hicimos mal? La informalidad laboral nunca se fue, la educación quedó atrapada en el siglo pasado, y la corrupción e ineficiencias se hicieron invitados permanentes en Palacio y demás instituciones del Estado. Para rematar, nunca se ejecutó reforma alguna en el poder judicial, poder que imparte algo esencial: justicia. No mencionó las famosas "brechas sociales" que muchos declaran como tarea nunca acometida. Y no lo menciono porque ese mito izquierdista es TOTALMENTE falso, mentira útil para aquellos que andan en campaña permanente. Adjunto gráfica de la evolución del coeficiente GINI, el cual mide las diferencias entre los que más y menos tienen.
Hoy, muchos critican ese modelo que nos sacó del hoyo, como si fuera responsable de todos nuestros males actuales. Se quejan del pasado sin recordar lo que logramos: convertirnos en un país que crece, que mejora y que, pese a todo, se niega a retroceder.
He adjuntado la gráfica que nos compara con nuestros vecinos en cuanto a la expansión del producto bruto per cápita. Desde el año 2003 hasta la pandemia no paramos de acortar brechas de crecimiento con Chile, el campeón regional. No estuvo mal.
Nunca olvidemos que hace 30 años, Perú estuvo al borde del abismo. Hoy, es un país que sigue en pie, con potencial para mucho más. ¿Podremos recordar lo que logramos y, al mismo tiempo, corregir el rumbo? Seguro que sí.
