¿Por qué es inútil intentar vender o alquilar un inmueble a un alto precio?
- Febrero 26, 2023
- Alfredo Graf
Intentar colocar un inmueble en venta o alquiler a un precio demasiado alto puede ser contraproducente por varias razones:
Interés limitado : Cuando el precio es demasiado alto, es posible que los posibles compradores o inquilinos no muestren mucho interés por el inmueble. Es posible que piensen que el precio de venta no se corresponde con el valor de la vivienda y que ni siquiera se planteen la posibilidad de adquirirla.
Más tiempo en el mercado : Si el precio de la vivienda es demasiado alto, puede tardar más en venderse o alquilarse. Esto se debe a que habrá menos personas interesadas en la propiedad, y las que lo estén pueden intentar negociar el precio a la baja, lo que provocará retrasos en el proceso de venta o alquiler.
Percepción de desesperación : Si un inmueble permanece en el mercado durante un periodo prolongado, los posibles compradores o inquilinos pueden empezar a preguntarse si tiene algún problema. Esta percepción puede acentuarse si el propietario sigue reduciendo el precio o aumentando los incentivos. Esto puede crear la percepción de que el propietario está desesperado por vender o alquilar, lo que puede dar lugar a ofertas más bajas o a una falta de interés general.
Competitividad : Poner un precio excesivo a una propiedad puede hacerla menos competitiva en comparación con otras propiedades similares en el mercado. Si otras propiedades de la misma zona tienen un precio más competitivo, es más probable que los posibles compradores o inquilinos se decanten por ellas.
Por lo tanto, es importante fijar el precio exacto de los inmuebles en función de las condiciones actuales del mercado, la ubicación y las características y el estado del inmueble para atraer a posibles compradores o inquilinos y lograr una venta o alquiler satisfactorios.
Desde el punto de vista del agente inmobiliario es un sinsentido prometer desempeños irrealistas y no ser francos con el propietario desde el primer día. Los motivos son claros: a) Malgasta su bien más preciado: su tiempo, y b) Sacrifica su reputación al tomar encargos que no va a poder cumplir.
