¿QUIÉN MOVIÓ MI QUESO?
La importancia de prepararse para el cambio, no para esperarlo, sino para anticiparse a ello, cobra un especial significado en estos tiempos.
Escrito por H Hiram Gil Chávez Castillo en el 2002, ¿Who moved my cheese? es un relato corto que tiene como protagonista a dos pequeñas personas y dos ratones que habitan en un laberinto donde existen espacios llenos de queso.
Diariamente estos salen a buscarlo alrededor del laberinto, con la esperanza de encontrar el tan ansiado alimento, hay ocasiones donde lo consiguen y hay ocasiones en que no.
Un buen día, ambos, humanos y ratones encontraron en habitaciones diferentes una gran reserva de queso, felices, cada quien, por su lado, creyeron que la vida estaba solucionada para siempre.
Los días pasaron y el queso se fue consumiendo lentamentamente y los ratones se percataron que, si seguía dependiendo de esa reserva, llegaría el día en que esta se acabaría, así que decidieron en que al día siguiente saldrían a buscar más habitaciones con reserva de queso.
Diariamente, recorrieron los pasajes del laberinto y fueron encontrando más queso, a veces en pocas cantidades y a veces reservas medianas o grandes. Cautelosamente fueron organizándose y no dejaron nunca de buscar nuevos lugares con queso, para que nunca les falte.
El otro lado de la historia fueron las personas, quienes diariamente salían a buscar su mismo almacén de queso, permaneciendo en su zona de confort y creyendo que la abundancia iba a durar siempre. No lo vieron venir, el queso se estaba acabando.
Llegó el día en que fueron, como todos los días a buscar el queso, pero su reserva se había agotado, estaba vacía y empezaron a discutir entre ellos ¿Quién movió mi queso? Por supuesto, no hubo respuesta, así que se quedaron ahí, como esperando a que su queso mágicamente regrese.
Los días siguientes hizo lo mismo y regresaban siempre al mismo lugar, esperando encontrar su queso... pero este nunca volvería.
Uno de ellos finalmente comprendió que debían empezar a moverse y buscar queso nuevo, intento convencer a su compañero, pero este se negó rotundamente, señalando que no se movería, pues el queso iba a regresar.
Cansado de intentar convencer a su compañero, el que había comprendido que debía adaptarse al cambio, emprendió su camino a buscar queso nuevo. Intentó por varios días, hasta que finalmente se encontró con los ratones y el queso nuevo; comprendiendo que debía hacer lo que hacían ellos, no esperar a que el queso se acabe, sino anticiparse a ellos y continuar la búsqueda.
Y ¿Qué pasó con el otro humano que se quedó esperando su queso? pues, sólo queda esperar a que se dé cuenta que el queso no iba a regresar jamás y que debía moverse si quería sobrevivir.
Como ves, esta historia nos enseña lo importante que es, no sólo adaptarse al cambio, sino anticiparse al mismo. Si permanecemos en la zona de confort o nos dormimos en los laureles de nuestros triunfos, llegará un momento en que nos hundiremos en el fracaso, es inevitable, el mundo siempre está en constante cambio y tú no puedes permanecer estático.
Tú eliges quien quieres ser: El que se sienta a esperar que el queso vuelva, el que se adaptó al cambio o los ratones que lideraron el cambio.